Plaqueta
Pensamiento instinto (2021)
Despojo y locura
Un farol roto
titilaba en la calle,
sentí que mis deseos
no se cumplirían
y la desesperación
paralizó mi boca.
Es mejor evitar la historia,
cambiar a Hegel por Jean Arp,
adorar sus huesos amorfos
que no crecen
y ver desde ese punto
el movimiento del amor bajo los pies,
que se expande y retrae,
como la garra de un gato.
Una sola raíz
En los bosquejos
de mis trastornos
dibujé una araña
que ataba con su tela
dos flores marchitas
a un tallo partido.
Así fue
el primer beso
en la tierra.
Un amuleto nos une en secreto
La niebla inunda
el cerro de jacintos,
los kilómetros
no existen
en el sueño
y nada tiene edad.
La muerte
es la última
experiencia,
cada paso
es un desmoronamiento,
estoy sobre un puente viejo
y no en una vida.
Una visita en mi mente
Sobre el tejado
crecen las semillas
arrojadas por los árboles,
extracorpóreas,
como las palabras,
cada mensaje
forma una raíz
en los otros.
Quizá
es lo que quiso explicar
Dorothea Tanning
cuando pintó
un girasol gigante del pantano
que subía por las escaleras
para comerla.
Es difícil
erguirse en la pesadilla,
justo después
de descubrir un tesoro
el sueño se rompe.
Instinto y enigma
Cuando quiero pensar
en el origen de las cosas
mi cerebro llega a un limite
como un pez que intenta
saltar a una piedra
pero cae de nuevo al agua.
El rayo tiene
la misma forma
que las puntas
de una hortaliza
pero sale del cielo
y baja a la tierra,
las flores hacen
un movimiento similar
de descenso.
Tal vez lo que florece
no son los petalos
sino la raíz
que se expande
en la oscuridad
y busca respuestas
en los sueños.
Dame permiso
Para detenerme
y pensar en las cosas perdidas
que no causan tristeza.
Corrijo a Zygmunt Bauman,
digo que también existe
un pasado líquido,
un ágora interno
en donde los familiares muertos
actúan y aparecen
como si estuviesen vivos
porque luego del silencio
viene la noluntad.
El movimiento que no se hace,
la palabra que no se dice
y abre el tiempo
dentro del tiempo,
calma el desgarro
constante de la vida
con espejismos de polvo.
Porque luego del silencio
viene la noluntad.
Autoanálisis
Dirijo mi vida
en sentido opuesto
a las agujas del reloj,
en un contraimpulso
que me hace salir
del ciclo de la historia,
del individio de la aldea
que se vuelve nación,
crea un idioma, una deidad
y en la guerra desaparece.
Trabajo la nada como arcilla,
es la posibilidad hermosa del desierto,
empiezo de nuevo el mundo,
renombro la orquidea,
le escribo un himno.
Vivo en un planeta
lejano sin nombre,
en la posibilidad
hermosa del desierto.
Hábitat ausente
Me detengo
en las vidrieras
de las mueblerías
y miro las habitaciones
armadas con cuidado.
Creo que la nada tiene algo
de recuerdo que toma
el lugar de un cadáver,
un poder que ejerce,
la indulgencia del vacío.
*
Consuela
que en el desierto
los cementerios
se deshacen
y la tristeza
es irreal.
Una forma de hibernar
Pongo candados en la puerta,
me cubro con las sábanas y duermo.
Adentro mío hay varios lenguajes,
a veces soy la lluvia,
un fruto que nunca cae
o la voz de un niño sentado
en la oscuridad del muelle.
En el chakra del pasado
La perdición del cuerpo
es la síntesis
de la pérdida del todo,
cada cosa
es memoria y peldaño,
los brotes de pasto
son importantes,
también las pisadas
sobre las hojas
o el humo de
los cigarrillos.
Pienso en los caramelos
de mi infancia
que venían envueltos
en papel marlboro
a falta de bolsas,
en la melaza de savia
que encontraba
en la copa de los árboles,
en el turrón navideño
mojado por la sidra
que nadie quería comer
y en la cañita voladora
con un pequeño paracaídas.
Creo que me ilumina
el despojo constante,
como a una hormiga
un gramo de oro.
Caminata en sigilo
La piel se derrama en las cosas
porque la sombra es otro cuerpo.
¿El rostro está en el espejo o en la tierra?
Las palabras son parte de la cara,
construyen un viaje
melancólico y silencioso,
siempre al tiempo de la niñez,
donde todos estaban vivos
y en mi casa antigua se celebraba.
Todavía cuando paso
los pájaros viven ahí, cantan
y comen semillas en el techo
antes de volar al prado.
Mantienen la energía,
como los condensadores
de una computadora,
para no dañar la memoria.
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