Preámbulo presagio (2021)
La poesía se parece al Chi Kung
Concentro
la energía
en la mano,
traslado su fuerza
a las palabras,
el movimiento
de las lombrices
debajo de la rosa
a las palabras,
siento que puedo
atravesar el huracán
sin que me arranque del suelo
en las palabras
y en efecto
la electricidad de las neuronas
se asemeja a los relámpagos,
cada cosa se conecta a otra,
por las palabras.
Los huesos pueden hacerse perlas
Después del terremoto
las flores se asoman
por la abertura del abismo
hasta cubrirlo por completo
y se parece al movimiento
de la piel cuando tapa
la herida con una cáscara.
Un puente de geranios.
La costura melancólica en la carne.
Son lo mismo.
Cerca del Jacarandá
En el árbol del atardecer continuo
siento la presencia de un lenguaje
en constante transmisión.
Un manto de pétalos sobre el pasto
perfuma las calles sucias
y el barrio se detiene
como si su paisaje
fuese una pintura que se descascara
y arroja sus hojas violetas
en mis sueños.
Quizá a otros les pasa lo mismo
y estamos comunicados,
tejidos por la inmanencia
en un supramensaje sin saberlo,
a partir de un jacarandá,
el árbol del atardecer continuo.
El tiempo parte la fuerza
El columpio
se mueve en la noche,
los sueños
toman el control
y habito en un bosque,
hablo entre el canto
de los animales
y estudio la mano del viento
que une las plumas y las hojas.
***
La oruga
muerde
su camino
y se pierde.
A veces la vida
es un pájaro ciego.
El cuerpo
En contacto con el otoño
se transforma en árbol,
la savia forma lágrimas,
el viento tira semillas,
la lluvia hidrata hojas
y las hace negras.
Del humo de su leña
nacen mis recuerdos.
Una margarita entre la granza de piedras
Para que empiece el sueño
se necesita la noche.
Para que el cadáver descanse
la muerte quiere oscuridad.
Quizá haya un espejo silvestre
que se atraviesa
al final del camino,
en donde los horneros
cubren sus casas
con cáscaras de nueces
y un brazo tallado
en la entrada del bosque
hace de guía
hacia la raíz del amor.
Soy parte de la lluvia
El invierno
me hace cubrir el cuerpo
y mi corazón
florece en silencio.
Testamento
Cuando nadie me ve
hundo el rostro
entre las flores
para perfumar mi amargura,
voy a dejar de herencia
lo que el mar
traiga de su corazón
y arroje sobre la arena.
*
Divinidad y mortalidad
Afrodita hizo la primer magnolia
con un pedazo de su piel,
yo apenas orino como un zorro
y quemo la tierra,
pero si tuviera algún hechizo
me convertiría en tu recuerdo.
Bolsa de oro en un árbol
La abeja necesita 15 plantas
para fundar una colmena,
sus patas negras
liberan perfume
cuando escarba polen
entre los pétalos.
Es como sacar tierra
de diferentes sueños
y hacer una escultura.
Amorfo
Quizá el instinto
que le hace crecer
los colmillos al vampiro
sea la poesía,
ahora también anhelo
el refugio en otros seres.
Ya no me basta
mi propio cuerpo,
necesito el de los animales,
moverme como lobo
o con las patas de un águila
y depredarme la tristeza.
Guardo una hoja del otoño
como nueva piel.
Desde mi sofá
La nieve deja
un pequeño espacio en la ventana
y veo a unas golondrinas
que se acurrucan en el pino.
No le temen al letargo del invierno,
crearon un fuego protector que las une
y que los filósofos anhelan en vano,
porque el olfateo de un animal
es más sincero
que las palabras de los hombres.
Deslumbramiento
Me quedo en silencio sin moverme,
mi cabeza de ostra se abre
y aparece el poema perla:
Las flores, mendigas de la lluvia,
adoran a las nubes
para volver a nacer.
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